BAJO EL AGUA
WE
CAN’T BREATHE
Tal
vez eran las cuatro o cinco por la tarde, la neblina no le dejaba ver
qué tan clara era la tarde en realidad; aunque igual no le
importaba, solo quería olvidarse de todo y perderse en el horizonte.
Hace
algunos minutos Michelle había huido de casa, a sus ocho años de
edad era una niña muy temperamental y tan explosiva como su rizada
cabellera pelirroja. Ese mismo día las 2:21 PM sus gigantes ojos
hazel habían visto la verdad del hombre, la crueldad del mundo de la
que sólo había escuchado hablar; pero ese día le tocó presenciar.
Cuando
fue a comprar un helado, por la alta temperatura del día veraniego,
al regreso, al pasar por un callejón, logró ver a un hombre que
sostenía fuertemente de la muñeca a su mejor amiga Lila; Michi
-como las personas cercanas le llamaban- se acercó poco a poco,
curiosa de la situación.
—Si
intentas gritar o escapar te mato, eh niñita— susurraba el hombre
a Lila al oído mientras con la mano cubría la boca de la niña.
Lila
sólo pataleaba e intentaba gritar, frustada al no ver resultados
comenzó a llorar.
—No
llores niña estúpida— habló rápidamente el hombre que se estaba
bajando los pantalones, por tal acción al girar un poco Michi logró
verle el rostro. Su vecino, el señor Francisco, le quería quitar la
ropa a su mejor amiga; sabía que eso estaba mal y las lágrimas de
Lila le informaban que eso no era un simple
juego.
Por
un impulso de su alto temperamento inservible, le lanzó todo lo que
estaba cerca de ella -incluyendo su helado- al señor Francisco que
ahora se había vuelto hacia ella con fuego en la mirada y odio en el
entrecejo...Era el momento de correr.
Mientras
corría con el hombre persiguiéndole solo pedía que Lila igual lo
hiciera hacia un lugar seguro.
Sentía
que el aire se acababa, como sus piernas comenzaban a temblar y que
sus mejillas se humedecían.
Era
más pequeña de lo normal para su edad al igual que delgada así que
no corrió más de una cuadra para encontrar un escondite adecuado
para perderse de la vista de su persecutor.
¿Qué
haría ella para darle su merecido a ese abusador? Estaba segura de
que Lila no era la primera que lloraba por culpa de ese hombre. El
señor Francisco era el jefe del departamento de policías de su
ciudad, su propio padre era solo un obrero más de él; si ella le
decía a su padre el señor Francisco podría hundirlo en el
desempleo hasta ahogarlo de hambre. Todos los ciudadanos le tenían
miedo disfrazado de respeto, de alguna forma lograban ver las sombras
de su personalidad y lo que se atrevería a hacer; hasta se sabía
que el mismo alcalde temía de él.
No
podían juzgar a la pequeña niña que corría con una mochila llena
papitas hacía el puerto, era verano y todos los niños querían
refrescarse con el agua salada. Michelle corría para no regresar,
con comida para sobrevivir el resto de su vida (o eso pensaba ella).
Las
personas que la veían pensaban que solamente jugaría entre los
botes y yates, que para la tarde, como todos, regresaría a casa; no
le dieron la importancia a la niña de melena rojiza que corría con
lágrimas secas por el rostro.
WE
CAN’T BE TOGETHER
El
cambio repentino de clima la impresionó casi tanto como su habilidad
para encender aquella embarcación en la que iba.
De
un día cálido, soleado sin rastro de nube alguna había pasado a
ser una tarde húmeda y fría, con neblina a la altura y un techo de
nubes grises, casi negras; de un típico día de verano pasó a ser
una pesadilla.
¿Cómo
una niña de ocho años había hecho andar un bote sin problemas?
Pues para ella la respuesta fue simple, con solo ir de visita escolar
al muelle, uno que otro capitán “enseñó” a los visitantes
entusiasmados como encender un bote y al menos, ponerlo en modo
automático. Tener en su memoria grabado aquel acontecimiento le fue
útil para salir de ese muelle rápidamente; a algún capitán
apurado o distraído se le había olvidado la llave en su
embarcación, así que Michelle no tuvo obstáculo que la detuviera
de su huida.
Ir
a comprar un helado y terminar huyendo de un abusador, los giros
drásticos que da la vida nunca dejan de sorprender al humano; todo
sucede graciosamente rápido. En tan solo 54 minutos las nubes
aparecieron más feroces que nunca y el bote ya no se lograba verse
desde la playa.
Apenas
iba a pasar la hora desde su desaparición en tierra cuando la
pequeña comenzó a pensar en todo lo que dejó atrás, su gato, su
jardín...su padre. En el tablero del bote buscó algo que indicara
la hora, como lo sospechó, hace 17 minutos su padre había salido
del trabajo y seguramente la está buscando en casa de sus amigas.
Justo
como ella lo imaginó, su padre iba de casa en casa en busca de su
rebelde hija que había salido a jugar aunque él le había indicado
no hacerlo. En ninguna casa del fraccionamiento se encontraba su
querida pelirroja, la preocupación lo estaba haciendo sudar, tal vez
fue paranoico o no, pero tenía un mal presentimiento ante la
ausencia de su hija. Tomó un impermeable y en su bicicleta llegó
hasta la oficina de policías donde él trabajaba a reportar la
desaparición de su pequeña.
Al
parecer las desapariciones eran lo del día, pues un capitán fue a
reportar el “extravío” -más bien, robo- de su pequeño bote,
que podría jurar no hace menos de una hora aún se encontraba ahí.
Las
voces recorrían el pequeño pueblo costero y un sin fin de teorías
sobre la desaparición de la rojiza Michelle bailaban en los labios
de los habitantes; no podían descartar ni las más locas ideas, todo
podía ser posible.
Otros
43 minutos habían pasado, una tormenta eléctrica se había desatado
cuando
al padre de la pelirroja le pasó la idea de que la pequeña se
pudiera encontrar en el bote robado; se acababa de formar un ciclón
en su mente, cada rincón de su cerebro estaba siendo afectado, no
quería ni imaginar lo asustada que se está sintiendo su pequeña.
Todos
estaban de acuerdo en que sería un gran riesgo atreverse ir a buscar
a la pelirroja entre todo el espectáculo de rayos y nubes, nadie
quería ayudar al padre desesperado e incluso lo estaban deteniendo;
en su mente solo relampagueaban imágenes de su pequeña en los
peores escenarios, pero no se atrevía a imaginarse una vida sin
ella.
WE
DIE
Algunos
rayos del crepúsculo lograron atravesar las densas nubes, pero esto
no daba ni un haz de esperanza, el rojo distorsionado en espiral con
las nubes solo hacía que la vida pareciese más pesadilla. Lágrimas
comenzaron a brotar incesantemente de los grandes ojos de la
pelirroja, cada que el agua azotaba el bote la pequeña emitía un
grito de miedo.
Que
más quisiera ella que estar en su casa, bebiendo cocoa mientras su
papá le lee un cuento, con el sonido del agua caer melodiosamente;
desde donde se encontraba ahora el agua le parecía el principal
enemigo.
El
agua salada había comenzado a inundar el bote, toda la esperanza que
ese pequeño cuerpo pudo contener ahora estaba desapareciendo,
evaporándose. Los
truenos y relámpagos no eran más que una tortura, eran como el tik
tok de un reloj, el cronómetro hacia la muerte.
Y
en cuestión de segundos, un rayo atravesó el bote, astillas por
aquí y por allá; y un pequeño cuerpo dejando
de respirar. La espuma del salvaje movimiento del agua no le dejaba
ver ni pensar con claridad.
¿Qué
estaba dejando atrás? Un padre al borde de la locura, un pueblo
preocupado, una amiga que necesita ayuda, un abusador que necesita
ser detenido. Pero ahora la vida la está dejando a ella. Por la
distorsión de la luz a esa hora, parecía que el mar fuese el
cabello de Michelle y que ella fuese tragado por el mismo.
Bajo
del agua no podemos respirar, bajo del agua no podemos estar juntos,
bajo del agua morimos.
-----------------------------------------------
Pues al decirme "que suceda en un bote" la verdad no sabía muy bien como hacer el cuento jajaja pero pues escuchando música con tema de "agua/mar/ríos" tuve un poco de inspiración (si así se le puede llamar). También trate de hacer a la protagonista lo contrario a mí, ya que compartimos nombre(?) y pues no quería que se viera narcisista o algo así jajaja.
No sabía como nombrar al cuento y pues le puse como una de mis canciones favoritas de Aurora...Underwater; los nombres de los "capítulos" son parte de la letra Jé.
Mandenme un directo por instagram pa' las criticas por fa.